Al entrar al hotel, Frida siente que su cara arde de ansiedad y está a punto de explotar. Camina estrechamente abrazada a Nicolás, casi un desconocido que hasta hace pocas horas era un hombre llamado Nick que conoció en el Messenger. Y ahora está a punto de hacer realidad una experiencia ardiente y seductora que deseaba.
Sexo por la pantalla del ordenador
Frida en este momento recuerda que ante la pantalla del ordenador, Nico la hacía reír y gozar con sus ocurrencias. Llevaba mucho tiempo sola y sin sexo y se preguntaba a menudo si esa situación duraría mucho. Pero las conversaciones en el chat del Messenger la habían primero inquietado y luego excitado. Ya se había masturbado chateando frente a la pantalla pero ahora quería más. Cuando el propuso con una mirada de sátiro y voz seductora, ir a un hotel, ella decidió de inmediato que esta era su gran oportunidad y no la iba a desaprovechar aunque implicara riesgos. El que no se arriesga, ni gana ni pierde, pensó decidida al entrar al hotel.
Espalada aruñada y fuertes palmadas
Ahora entrando en aquella habitación anónima y un poco maloliente, pensaba en mil fantasías eróticas que no había realizado en su vida sexual. En la pasión desenfrenada con que amenazaba aruñar su espalda con las uñas o desatar una lluvia de palmadas que dejaran su piel de color rojo fuego. La mira y Nico no pierde tiempo: la besa con fuerza, dejando que la lengua explore a profundidad la boca de su amante y le muerde el labio inferior hasta que Frida suspira de placer. Una ola de calor y pasión la impulsa a sacarle la camisa de un tirón. Rompe los botones y se abraza a él nuevamente y le clava sus uñas en la espalda.
Desnuda y expuesta
Ahora es el quien se arquea de placer y responde de inmediato. La desnuda rápidamente y en segundos ella está completamente desnuda y expuesta ante su excitado amante y le grita que quiere sexo ya y con fuerza. El, ya liberado de toda su ropa la toma por la cabeza, se la baja hasta su miembro duro como un hierro, se lo acerca a la cara y la golpea a derecha e izquierda con la dureza palpitante de su miembro erguido y sorpresivamente se lo mete en la boca hasta la garganta, hasta casi asfixiarla, ella hace arcadas, reacciona y lo chupa con furor, desde el glande bajando hasta el tronco y lamiendo su vello púbico. Sin dejar de lamerlo lo mira desde abajo y le dice con voz ronca: Prepárate!
Colgada de su pene
El, ya liberado, la levanta por las nalgas y la obliga a que Frida entrelace las piernas en su cintura, mientras la penetra cada vez más profundo, hasta clavárselo todo. Sin darle tregua le muerde los pezones y ella loca de placer estira la cabeza hacia atrás y se deja llevar por la lujuria y el deseo. Nico se tambalea un poco y se agita pero de inmediato recuperar la estabilidad y el control. Estira la mano y agarra su corbata que está tirando en el sillón a su lado y comienza a azotarle las nalgas y la espalda. Una y otra vez y otra! Ella recibe los latigazos con sorpresa y a cada zote le responde con un gemido cada vez más fuerte que se oye fuera de la anodina habitación.
Dame más, mas, mas
Le pide más y más y se agita como posesa sobre el pene enhiesto en un sube y baja rápido y duro. De un salto de descuelga del pene de Nico y se acuesta en el suelo con las piernas abiertas y lo jala por las piernas, urgiéndole a que la vuelva a montar. Él se pone a horcajadas y le recorre con su pene todo el cuerpo desde la cara, la garganta, entre los pechos, intenta como si fuera a meterlo en el ombligo y de inmediato regresa a su boca y se lo inserta hasta la garganta. Ella lo chupa como si la vida se le fuera en ello. Sorpresivamente cambia su posición y le coloca su vulva en la cara de Nico. El no pierde un segundo e introduce su lengua como una saeta en la cavidad vaginal caliente, húmeda y palpitante.
Semen y dolor placentero y arrebatador
Adivino que esta por derramarse dentro de mí y sé que será explosivo y violento. Quiero que me vuelva a azotar, quiero sentir esa descarga de dolor y placer arrebatador. Mientras mis uñas se clavan en los brazos de él, como si fuera un ave de rapiña capturando a su presa para darle placer y dolor. Su orgasmo fue completo dentro de mí y nos quedamos en el suelo agotados, hasta quedarnos profundamente dormidos.
Despertar y volver a empezar
Cuando me desperté una o dos horas después, no sabía dónde estaba y de inmediato recordé lo que había pasado. No estaba arrepentida, me gusto y lo volvería a hacer. Un rubor encarnado subió a mis mejillas cuando recordé la forma en la que me había entregado totalmente a Nico, ya no era ningún desconocido para mí y según lo que había leído y oído ahora era mi Amo. En realidad no sabía lo que me esperaba de aquí en adelante. Me di cuenta que él se había levantado y entraba desde el baño completamente vestido con la cremallera abajo, lo que hizo que mi cuerpo se estremeciera con solo verlo e imaginar que su gran pene quería juerga nuevamente.
¿Qué me estaba pasando? Este hombre ya tenía tanta influencia sobre mí? Me dijo aquí tengo tu merienda zorrita, ven aquí y arrodíllate. Me levante y arrodille frente a él. Por instinto abrí mi boca y saque la lengua, esperando lo que él quisiera darme. Me ato las manos a la espalda, se desabrocho el cinturón, bajo su boker y libero su gran erección que salto frente a mi rostro, la metió en mi boca y todo comenzó de nuevo.