Mi minuto de gloria

Aunque siento «repugnancia ante la idea de tocar sexualmente, en la realidad, a un hombre… fantaseo continuamente sobre ello».

Mi homosexualidad y mi atracción por los hombres

Me ocurre desde que tengo uso de razón, y recuerdo perfectamente de quien me he ido prendado desde que empecé el colegio hasta ya pasada la pubertad, pese a que hasta ahora, siempre he escuchado a la gente decir, que estas sensaciones, o incluso experiencias, suelen ser olvidadas pasados los años. Se que soy homosexual desde que tengo uso de razón.

Al igual que mi primer piquito con un chico, mi primer intento de paja fue antes de los 8 años, y digo intento, porque, eso estaba duro, pero lo movía por deporte. Pasados 3 años, ya si que, movia frente a un machote de una revista y si que salía por ahí caldo.

 

¿Esto es ser gay, maricón, homosexual?

Para el mundo entero no lo sé, para mi sin duda alguna son palabras sinónimas, en las que yo soy las tres, y sonrío por ello.

Al ser los primeros pasos en nuestra propia homosexualidad y hacia la independencia de las reglas paternas, estas primeras tempranas experiencias sexuales tienen la emoción de lo prohibido y pueden tener en la memoria una energía explosiva, que dure toda una vida.

Lo más normal es que nada vuelva a ser tan excitante como aquel primer despertar.

Si ha sido una relación homosexual con alguien del mismo sexo, puede ser un recuerdo muy querido, como les ocurre a muchos hombres de esta página, o puede conservar para siempre su original «excitación y sentimiento de culpa» por creerse maricón, homosexual o gay, como ya hemos visto.

Parece que para las mujeres es mucho más fácil que para los hombres vivir con el recuerdo homosexual de sus juveniles experiencias sexuales con gente de su mismo sexo, pero al fin y al cabo eso es una apreciación, y eso va con cada persona, independientemente de que tenga vagina o pene.

Para muchos hombres, los primeros encuentros sexuales con otro chico, más que recuerdos excitantes con los que hacer relatos eróticos o crear fantasías adultas, son una pesadilla gay, rápida y fría, y es más con la práctica cuando encontramos un entorno cálido y completo en el sexo.

Hoy ya con años vividos y chicos varios a mis espaldas, desde relaciones esporádicas, hasta relaciones amorosas, mentalmente le soy infiel a mi pareja justo con ellos, con los chicos que llegan a grandes sin haber disfrutado de una relación amorosa de calidad, estos que, para ellos, erección es sinónimo de penetración, a ellos, los cojo, mediante la palabra les explico que va a suceder, y los guío en el camino de la relación sexual completa y plena.

En mi imaginación siempre los conozco igual, un local de ambiente y siempre vienen ellos a darme conversación, y de este primer saludo les hago secuestro a mi casa para tener el encuentro, más que eso no me haya pasado ni una vez en mis 27 años de vida, frente a los 20 o 21 que suelen tener aquellos que entran en mis fantasías.

Empezando a barrer para casa

Como comento, ellos vienen y saludan. Poco tardo yo en decirles que la música alta no me deja escuchar todo lo que ellos tienen que decir, y los invito a que salgamos fuera del local, con la intención de, efectivamente, iniciar el estado de afecto.

Pasado un tiempo prudencial, me acerco a su oído, y le digo:

– ¿Vamos a mi casa y te follo como nunca te han follado?

Pregunta a la cual siempre obtengo un si como respuesta. Llegamos a mi casa, y una vez sentados en el sofá, acerco mi mano hacia el interior de su pantalón, y lo informo de que, esto está empezando, que más que no vaya aun a realizarle ningún tipo de masturbación, la quiero tener en la mano, a lo que, invito a responderme con la misma moneda.

Calentando motores

– ¿Sabes que cuando tenga en la boca esto que tenga en la mano voy a sacar la lengua para ver si llego a tocarte los huevos con ella?

Le digo sin ningún pudor para encenderlo a tope, casi sin tocarlo, mi mano continúa en su polla, casi inmóvil, mueve de uvas a peras con el simple objetivo de que siempre se sea consciente de que ahí esta.

En ese momento, saco la mano, me chupo cada uno de los 5 dedos, tal una simple, leve y rápida mamada, y semi seca, la vuelvo a meter para agarrársela, encontrándome algo muy duro debajo del calzoncillo. La verdad es que llevo un rato ya brutísimo, y debo frenarlo para que no empieza a cascármela o saque el culo para que me lo folle.

Empiezo con la manuela

Ahora si que le saco el pene del pantalón, por comodidad le digo que se lo quite, eso y el calzón, me quito los míos, hago que me suelte la polla, y empiezo una pequeña y lenta paja. Me hecho saliva a mi pulgar y empiezo con movimientos circulares en el frenillo y glande de su pito.

En este punto, a mi ya se me ha complicado la cosa

Paro de hacerle yo, y lo invito a que me haga él. Sin dudarlo se amorra a mamar, y puesto que lo tengo sin calzoncillos, utilizo un dedo para ir frotándole el agujerito que me voy a follar. Yo dilato muy bien, por lo que a mi no tiene que prepararme. Lo paro de golpe, lo llevo a detrás del sofá, lo inclino, y le informo que una vez entre toda, no voy a ir despacito.

Un minuto de gloria

Es tal mi excitación que en un minuto, estoy fuera del juego, así que me someto a él, cambiamos de posición, y mi sorpresa es que, me gana al correrse, mi minuto frente a sus 40 segundos; y así lo suelo bautizar.

Sitio web para mayores de edad | +18 El sitio al que estás accediendo contiene material pornográfico y es de acceso exclusivo para mayores de edad. Para acceder al mismo tienes que confirmar que cumples con la edad legal en tu país para poder acceder a este tipo de contenido.